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Foto del escritorJorge Martinez

Consecuencias de la obesidad

Más allá de lograr cambios con fines netamente estéticos, como equipo trabajamos en conjunto la parte nutricional, psicológica y de entrenamiento para generar un cambio de hábitos que mejore la salud y calidad de vida de nuestros clientes.

El sobrepeso y la obesidad constituyen un serio problema de salud pública a nivel mundial y como país. Según la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, casi el 40% de los adultos chilenos tienen sobrepeso y el 30% obesidad.


La obesidad origina múltiples trastornos sistémicos con importante morbimortalidad que veremos a continuación:


Problemas de autoestima: De todos los problemas psicológicos que pueden aparecer, la insatisfacción corporal es el más frecuente. Una imagen corporal negativa puede desencadenar problemas psicológicos como depresión, baja autoestima, ansiedad social o dificultades en las relaciones interpersonales. Es por esta razón que la obesidad debe ser tratada como un problema tanto físico como psicológico.


Apnea del sueño: La obesidad provoca problemas para respirar que van desde los trastornos respiratorios del sueño, síndrome de apnea obstructiva del sueño, síndrome de resistencia de vías aéreas y ronquido simple, hasta una sensación de ahogo que incrementa el riesgo de morir por paro cardiorrespiratorio o infarto cerebral.

La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared toráxica puede ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo.


El exceso de peso y una circunferencia de cuello grande hacen que la respiración al dormir sea más difícil.

Esto afecta directamente en la calidad del sueño, los ronquidos, los episodios de hipoapneas (disminución de la respiración) y apneas (ausencia de la respiración). El no lograr un sueño profundo reparador trae consigo fatiga crónica, cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza y falta de ánimo entre otros.


Enfermedades cardíacas: la distribución regional del tejido adiposo es el principal factor que explica la relación entre adiposidad y riesgo cardiometabólico. De este modo, el exceso de la adiposidad visceral se encuentra asociado las disfunciones metabólicas.

Las principales características asociadas con el exceso de grasa visceral incluyen: la resistencia a la insulina, la dislipidemia, la hipertensión arterial, aumento del riesgo de trombosis y la inflamación endotelial.


La hipertensión arterial es una de las principales consecuencias de la obesidad. Al producirse este aumento de la presión arterial se necesita que el corazón bombee con más fuerza la sangre para lograr que ésta llegue correctamente a los tejidos.

Este trabajo excesivo al que se ve sometido el corazón hace que a la larga el órgano aumente su masa muscular para hacer frente al sobreesfuerzo y las arterias se engrosen, lo que dificulta el riego sanguíneo y favorece que se pueda producir un episodio cardiovascular como una angina de pecho o un infarto.

Asimismo, el engrosamiento de las paredes del corazón, lo que se conoce como hipertrofia ventricular, puede conllevar alteraciones del ritmo cardíaco y un mayor riesgo de que el corazón falle y se produzca una insuficiencia cardíaca.


Dislipidemia: la obesidad se relaciona con un perfil de lipídico que predispone la formación de oclusiones en las arterias, con cifras elevadas de triglicéridos y colesterol total, mientras que el colesterol de alto peso molecular o HDL, que tiene un papel cardioprotector, suele estar disminuido.


El colesterol se deposita en la capa interna de las arterias, lo que favorece la aparición de placas de ateroma que dificultan la circulación de la sangre y favorecen la aparición de episodios cardiovasculares.

Hígado graso: La combinación de exceso de peso, resistencia a la insulina y niveles altos de triglicéridos se denomida síndrome metabólico. Todos estos trastornos provocan que la grasa se acumule en las células hepáticas, haciendo que el organismo sintetice más grasa o enlenteciendo el metabolismo y la excreción de la grasa. En consecuencia, la grasa se acumula y se almacena en el interior de las células hepáticas.


Resistencia a la insulina: La resistencia insulínica en la obesidad se produce por 2 mecanismos: disminución del número de receptores de insulina y defectos específicos a nivel posreceptores.

En la obesidad el recambio de receptores de insulina está acelerado y su número está globalmente disminuido.

Además de la alteración en el número de receptores, en los últimos años se han puesto de manifiesto defectos de la acción de la insulina a nivel posreceptor.

Así, los sujetos obesos tienen resistencia insulínica ligera en el tejido adiposo y en el hígado, mientras que en el músculo esquelético la resistencia es intensa. Por tanto, los sujetos delgados tienen una captación de glucosa fundamentalmente por el tejido muscular, mientras que en los obesos la captación se realiza en los adipocitos.


Esta marcada resistencia insulínica en el tejido muscular podría ser un mecanismo importante que contribuyera a la perpetuación de la obesidad, ya que la transferencia de nutrientes al tejido adiposo podría causar hipertrofia e hiperplasia de ese tejido.

Las alteraciones del posreceptor pueden ocurrir en algún paso tras la unión de la insulina al receptor, como una disminución en la actividad de la tirosincinasa de la subunidad beta del receptor de insulina o el sistema del transporte de la glucosa, pero este mecanismo no ha sido aún dilucidado.


Por tanto, posiblemente las alteraciones posreceptor en la acción de la insulina en la obesidad inician la resistencia a la insulina y las concentraciones de ésta se elevan como respuesta compensadora, y este incremento resulta en una disminución del número de receptores y en una mayor resistencia insulínica.


Dolores articulares: El exceso de peso puede tener un efecto devastador en la salud ósea y en las articulaciones, ya que, altera la biomecánica corporal y aumenta la tensión más allá de lo que pueden resistir normalmente los tejidos, generando tendinitis, esguinces, desgarres del cartílago y osteoartrosis.


Mayor riesgo de lesiones: La lesión más común y peligrosa es la lesión en las rodillas, pues es en estas donde se concentra todo el peso de cada persona.

Estas lesiones pueden ser provocadas al realizar actividades cotidianas debido al exceso de peso, así como también a la hora de realizar ejercicio. Es muy importante que un profesional experto en el área sea quien prescriba y acompañe el entrenamiento de una persona con exceso de peso.


Todas estas complicaciones traen consigo una menor calidad de vida, que es justamente lo contrario que buscamos y promovemos como equipo. Es importante informarse, tomar consciencia y entender que la obesidad no es una condición, sino una enfermedad.

Como comenzamos el artículo, llevar una buena alimentación y realizar frecuentemente actividad física no es sólo con fines estéticos, esto va más allá, es salud y calidad de vida.


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